miércoles, 28 de febrero de 2018

Mordedura

Eras, tan desnuda, el alimento
de la carne y el trigo,
ayuno del amor con que persigo
el pan dominical del sacramento.
Bacanal de tu aliento,
redondo bebedero de tu ombligo,
tan roja de mis besos y mi abrigo,
tan terca provisión de mi sustento.
Festín de piel morena,
frugal voracidad para la cena
de blando fatalismo.
Herida, dentellada, mordedura,
caudal de sed oscura,
rituales de febril canibalismo. ©

Del libro Oceanario.
Recitado en Radio UAI.

Adiós

Ella deja en la casa del poeta
una nota de grises desencantos
(se escribieron de amor, poemas, tantos),
él sostiene en la mano una violeta.
Ella guarda la lluvia en la maleta
de otoñales quebrantos,
él desata la cinta de los llantos
y detiene el girar de la veleta.
Ambos miran la noche, distraídos,
ella, rota en olvidos,
se pierde torrencial por Buenos Aires;
él la mira partir, no dice nada,
la besa con la última mirada
y el adiós es un pájaro en el aire. ©


De libro Llevarás en la piel.
Pintura: Eduardo Úrculo.

martes, 27 de febrero de 2018

Revuelta

Ciertas noches volcánicas de insomnio
en brasa te conviertes
y sales al encuentro de mis labios,
febril del corazón y decidida.
Un deleite de roja quemadura
te brota de la carne,
igual que una revuelta de candiles
que enciende el arcoíris de tu boca.
Apetito voraz con que conjuras
el hambre que adoctrina
el pulso torrentoso de tu sangre,
lo mismo que un diluvio de agua espesa
que endulza tu garganta
con íntimo sabor a miel silvestre. ©


Del libro Oceanario.
Ilustración: Alexander Timofeev.

Chaplina

Mariposa, Chaplina, marioneta,
que sales al encuentro de mi boca,
barroca
soledad, niña poeta.
Inquilina que rondas el planeta
pero eliges vivir en nuestra casa,
payasa
tras la cola del cometa.
Duendemiga de pan, beso ciruela,
que procuras volar pero no vuelas
por quedarte conmigo.
Amazona de amor como ninguna,
sol de luna
redondo como el hueco de tu ombligo. ©


Del libro Llevarás en la piel.
Recitado en radio UAI.

lunes, 26 de febrero de 2018

Arquitecta

Ladrillo por ladrillo por ladrillo
levanta el edificio de su pena,
muralla, dique, almena,
la puerta, las paredes, el pasillo.
Con un lápiz celeste de bolsillo,
noctámbula y ajena,
concibe cada muro y enarena
el bosquejo final de su castillo:
—Aquí la habitación del desencanto,
el altillo del llanto
y la sala real de estar tan triste,
la pieza de esperar sin fe ninguna, 
la torre de la luna
y el cuarto del amor (que ya no existe). ©

Del libro Oceanario.
Ilustración: Giorgia Kapetanaki,
Recitado en radio UAI.

domingo, 25 de febrero de 2018

Festín

Dispuso la vajilla
con arte de gourmet aficionado,
las copas de cristal y el azulado
mantel de redecilla.
Colgadas del respaldo de la silla,
las compras del mercado.
Ella vino vestida de pecado,
como suele venir la maravilla.
Liturgia terrenal de cita santa,
festín de la garganta
que corta con el filo de la roca.
Voraz, la desnudó con ardimiento,
y por toda promesa de alimento
se la llevó a la boca. ©


Del libro Llevarás en la piel.
Fotografía: Rómolo Giullio Milito.

Somalía

Me duele Somalía como un tajo
de sal en las heridas,
sin cobijo de estrellas bendecidas,
jirón de piel y andrajo.
En tanto los infames del carajo,
de panzas aburridas,
atizan los rencores homicidas
armando sus misiles a destajo.
Y se mueren diez niños, cien, quinientos,
harapos a los vientos
en cruenta procesión de letanía.
Mientras sigan los viles en la rueda
jugando con el hambre a la moneda
yo también soy un muerto en Somalía. ©

Del libro Ocenario.
Recitado en Radio UAI y Café Montserrat.

La roja sed

Estuario vertical, fruto prohibido
de almíbar inocente
donde bebo del río de tu fuente
con las ansias del último latido.
Te quitas el vestido,
superficie lunar, arena ardiente,
orilla de una playa transparente
y de un mar encendido.
Evangelio de luz, ritual privado
que guía el fatalismo del pecado
en la larga vigilia del deseo.
Erial de antigua sed, bastión tomado,
estrado
donde reza el hombre ateo. ©

Del libro Llevarás en la piel.
Fotografía: JoyceTenneson.

sábado, 24 de febrero de 2018

Novicia

Traías del amor la incandescencia
de arder como una llama,
escándalo de luz que se derrama
con serios ademanes de advertencia.
Erguida de candencia,
tenaz en el atril de tu proclama,
en besos amarillos de retama
te abrías en impúdica inocencia.
Más roja que el carmín de tu apetito,
novicia de algún rito
penitente,
en laica procesión de quemadura
eras tu para mí fruta madura
igual que un estallido de simiente.

Del Libro Oceanario.
Recitado en radio UAI.

Polvo somos

La runfla del fondín el Gallo tuerto
(ilustre bodegón de Villa Urquiza),
anuncian que en el barrio se organiza
la procesión del muerto.
A cargo del velorio y el concierto
tocarán “los Hampones de hacha y tiza”,
en un frasco, mañana, la ceniza
quedará al descubierto.
El corso subirá por Triunvirato
y la viuda del ñato
evocará su dicha ya pasada.
Lo llorará en silencio algún gomía
y después de ese día
la vida seguirá como si nada. ©

Del libro De lunfa somos.
Dibujo: Bruno Veronese.

viernes, 23 de febrero de 2018

Setenta veces siete

La sirena jugaba a ser querida
con besos de juguete
y llevaba en el alma un torniquete
del color de la sangre enrojecida.
De amores, malherida,
bogaba por los mares al garete,
soñando con la boca de un grumete
que le diera señal de bienvenida.
Todo tiene sabor a sal ardida,
a filo de estilete
en la tarde final de la partida.
La pena tiene forma de grillete
y el amor es un mar de despedida,
setenta veces siete. ©

Del libro Oceanario
Recitado en Radio UAI

jueves, 22 de febrero de 2018

Despojos

La sirena nostálgica del cuento
colecciona banderas y atavíos,
aparejos del fondo de los ríos
y corales de viento;
herrajes de color amarillento,
timones de navíos,
herrumbre de los cántaros vacíos
y velas de bogar a barlovento.
Antiguos mascarones,
postales de goletas y galeones
y ornamentos de sal sobre la ola;
amuletos de sándalo y espuma,
bajeles en la bruma
y besos que se enredan en su cola. ©


Del Libro Llevarás en la piel.
Dibujo: Leandro Lamas.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Cataluces y andalanes

Cataluces y andalanes, cien por ciento,
en el viento de dos pájaros a tiro,                remolino de canciones, versos, giro,
como Sanchos sin molinos ni jumento.      Caballeros bien andantes, andalanes, descendientes de aquel siglo de las luces, caminantes con caminos, cataluces,
dividiéndose los peces y los panes.
A dos voces la canción canta dos veces,
contendientes de un partido de ajedreces
por el lúdico tablero de la vida.
Par de reyes, dos por uno, falta envido, 
contra todo desencanto del olvido,
la canción está servida. ©

Del libro Llevarás en la piel.
Recitado en Radio UAI
Publicado en el Foro de Sabina.

Abril

Ella busca en abril la primavera
cuando él la quería,
ardida en el solsticio de la hoguera,
a fuerza de incendiarse cada día.
Antigua pasajera
de un tiempo que la hiere todavía,
no encuentra en otra boca la manera
de arder con un arresto de porfía.
Y cobarde se miente,
desierta en el tumulto de la gente
que la mira pasar desangelada.
Mariposa de amor inoportuna,
en el cuarto creciente de la luna
que ya no alumbra nada. ©

Del libro Oceanario.
Dibujo: Jorgelina Gretz.
Recitado en Radio UAI.

domingo, 18 de febrero de 2018

Una mujer


"Me duele una mujer en todo el cuerpo" (JLB)

Una mujer sucede, se hace carne
al trajín de mis manos
y en el breve segundo de ese instante
se alinean las promesas y los astros.
Ligera como el aire,
ocurre como ocurren los milagros,
para saciar los límites del hambre
y la roja vigilia de los labios.
Acaso una mujer (y tu lo sepas),
antiguo corazón de luna y viento,
de sándalo y espuma,
me libre del rumor de esta tristeza
que duele en todo el cuerpo,
lo mismo que el anuncio de la lluvia. ©

Del libro Oceanario.
Fotografía; Anna Morosini. 

sábado, 17 de febrero de 2018

Diluviarte

A cuenta del rigor del hambre mío
te tomo por sorpresa
y tizno de oro y sal tu desvarío
de impúdica princesa.
Silvestre y torrentoso regadío,
con sed de sangre expresa,
comando el ajetreo de tu río
que mana su cosecha más espesa.
Diluvio que mi boca determina
licor de agua divina
que bebo con la prisa del viajero
rendido que descansa.
Mujer dominical de lluvia mansa
yo soy el portavoz de tu aguacero. ©

Del libro Oceanario.
Fotografía: Fabrizia Milla.

Modales

En plan dominical de ceremonia
urdían la liturgia de los besos,
el rojo sortilegio de las bocas
y el ínfimo ritual de cada gesto.
Sabían simplemente de memoria
arder, en castidad, a fuego lento,
al paso religioso de las horas
y a modo de evangelio.
Modales aprendidos en el tiempo,
relámpagos y pompas
de fina santidad y magisterio.
En íntima lectura de las normas,
como lobos hambrientos

al amparo nocturno de las sombras. ©

Del libro Llevarás en la piel.
Ilustración: Nicoletta.

viernes, 16 de febrero de 2018

Obituario

Rondó su piel como un ladrón novato,
discreto de modales, noche y día,
en terca ceremonia de arrebato
y en celo de jauría.  
Oculto en la tiniebla, como un gato  
de incierta compañía,  
sin orden ni cautela ni recato,  
igual que un mandamiento de porfía.  
Ella, ciega de ver pasión tan obvia,
jugando a ser la novia 
sin marido,  
mudó de corazón y vecindario 
dejando el obituario
de su olvido. ©

Del libro Llevarás en la piel.
Fotografía: Anna Morosini.

Empeños

Para no seguirte, para que no vuelvas
tiznaré el costado de la luna blanca,
callaré tu nombre, quitaré las huellas,
quemaré la casa.
Para que no puedas retomar la senda
borraré del aire señales y marcas,
fundiré las llaves de todas las puertas,
tapiaré ventanas.
Para no buscarte como un niño a ciegas
me ataré las manos con hilos de plata
y nudos de seda.
Para deshacerme de tu boca en llamas,
del amor en celo, de la sangre en vela,
hundiré la barca. ©

Del libro De diluvios y andenes.
Fotografía: Carlos Casellas. ©

Ni siquiera la lluvia

"Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas"  (E.E. Cummings)

Una nube se cierne en tus ojos,
torrencial de tristeza,
que parece calarte tan hondo
como un fino cuchillo de seda.
Te diluvias sin mí (sin nosotros),
con empeño de lágrimas negras,
en el pulso final de un otoño
que no tiene respuestas.
Yo te quise decir que mañana
otro amor se pondrá un traje nuevo,
pero hay algo en tu voz que se nubla.
Evangelio de oscuras palabras
que no logran salvar el silencio.
(Y eres tan parecida a la lluvia). ©

Del libro Oceanario.
Fotografía: Anna Morosini.